El día empezó relativamente bien, y aunque nos dormimos varias horas, en lo que se refería al clima parecía que no íbamos a tener los problemas del día anterior, pues el cielo estaba completamente despejado y no se veía en él absolutamente ninguna nube. Así pues desayunamos y nos pusimos a montar las alforjas y demás equipaje en la bici para salir hacia el camino.
Los primeros 35km hasta Puente la Reina de Jaca los hicimos sin mayor problema, pues prácticamente fue bajada casi en su totalidad. Sin embargo, según avanzábamos el camino empezó a complicarse más, pues había barrizales de la lluvia del día anterior en la que las ruedas se quedaban clavadas, mucha gravilla que te hacia patinar en según que zonas, y sobretodo, una elevada temperatura. Hubo en un momento que teníamos que seguir hacia la derecha, sin embargo estábamos ya sin agua y aprovechando que a la izquierda se encontraba un pueblo llamado Mianos a un kilómetro en subida, decidimos ir a él a abastecernos de agua, allí, unas amables personas nos llenaron los botellines y la mochila de agua. Después de un rato descansando seguimos subiendo al pueblo, para después bajarlo por carretera a gran velocidad, mientras bajábamos empezó a llover levemente, por lo que decidimos seguir por carretera para escapar de la lluvia que iba detrás nuestro, finalmente después de 10km la lluvia acabo pillándonos y tuvimos que resguardarnos de ella en una gasolinera que por suerte nos encontramos antes de llegar al embalse de Yesa. Allí estuvimos unas dos horas hasta que paro de llover. Aprovechamos para comer, descansar y sellar la credencial.
Una vez paro de llover teníamos dos posibilidades, y era quedarnos allí, cosa que descartamos porque eran sólo las cuatro de la tarde, o seguir hasta Sangüesa, a unos 30KM de donde estábamos. Antes de nada llamamos al alberque para saber si quedaban plazas, nos dijeron que si, pero que el hombre que estaba a cargo se iba a las 6 de la tarde, que si llegábamos mas tarde que ya nos abriría algún peregrino y que echásemos cada uno los 4€ en el buzón. Así pues decidimos seguir, sin embargo, hubo varias subidas bordeando el embalse en las que tuvimos que seguir unos metros a pie pues junto al calor se nos hicieron imposibles. Mas adelante, a 8 KM de Sangüesa, nos encontramos una rotonda, en ella había marcado con una señal del camino de santiago que había que ir por la derecha, nosotros, al ser nuestra primera vez hicimos caso a la señal y seguimos hacia delante. Ahora sabiendo lo que se, en mi vida hubiera girado a la derecha, pues nos encontramos con un monte que tuvimos que subir medio muriéndonos de cansancio y de calor para después bajarlo, a 50km/h y frenando. Cuando habiendo girado a la izquierda podríamos haber rodeado el monte.
Encima, para acabar bien al tarde, a 2KM de Sangüesa nos empezó a caer la de dios, nos pusimos los chubasqueros y tiramos como pudimos. Serian las siete menos cuarto cuando llegamos por fin al albergue después de los 82KM que había desde Jaca.
Allí nos encontramos a unos nueve peregrinos mas que estaban haciendo el camino aragones, todos andando, salvo uno que se fue a no se donde al poco de llegar nosotros.
Una de las cosas que tiene buenas el camino aragonés respecto al francés, es que al ser menos transitado, los albergues son más pequeños, tienen menos plazas y son más familiares, por lo que es mas fácil charlar con todos en la mesa y tal, eso, sobretodo en Galicia, a penas se ve.