Al igual que el día anterior, el cielo pintaba bien y poco a poco íbamos madrugando más para acercarnos a las 6, hora normal a la que nos levantaríamos el resto de días, en este caso empezamos a movernos a las 7 y salimos de Puente la Reina a las 8. Antes de salir del albergue, mientras estábamos montando las alforjas, nos vinieron las dos chicas que comente en la entrada anterior, estas chicas llamadas Daria y Aurora, ambas italianas, residían en valencia mientras estaban de erasmus, por lo visto habían decidido hacer el Camino de Santiago, no se si saliendo desde Pamplona o cerca de allí, el caso es que decidieron hacer el camino y para ello compraron de segunda mano las bicis desde su punto de salida. En ese momento tenían problemas con el freno de una de las bicis y nos pidieron ayuda para ponerlo en su sitio, ya que por lo visto la sirga se había salido. Después de aquello salimos del albergue y nos despedimos.
Este día decidimos ir por el camino, según las fichas no estaba en mal estado, al menos al principio ya que después de unos kilómetros nos encontramos alguna que otra escalera en la que tuvimos que apearnos para poder pasar, aparte de eso no tuvimos más problemas con el terreno. Según avanzamos por el camino nos fuimos cruzando con todos los peregrinos que iban a pie y que seguramente habrían salido una hora antes, después de un rato y de adelantarlos a todos llegamos a un monte en el kilometro 3 del día y que se prolongaba hasta Mañeru. Mientras subimos ese monte tuvimos muchos problemas pues tenia una elevación considerable, mientras lo subía no se que hice, o que paso pero los cambios se me desajustaron completamente y la cadena se me salio por delante y por detrás, es decir, entre el plato pequeño y el cuadro, y entre los piñones grandes y el cuadro, ademas al salirse se engancharon y fue tal el enganche que estuvimos en medio del monte sacando la cadena media hora larga, una vez lo conseguimos seguimos pedaleando pero a escasos metros sucedió de nuevo, así que nos peleamos de nuevo con la cadena y después de ponerla bien ajustamos los tornillos que tiene la pata de cambios, sin embargo no pudimos hacer mucho, aun ajustándolo si me pasaba de cambiar marchas la cadena se salia, así que tuve que seguir el resto del camino hasta Estella sin poder usar los 3 piñones grandes. Mientras solucionábamos el problema como pudimos, toda la gente que habíamos adelantado en esos tres kilómetros nos fueron adelantando y dándonos ánimos ademas de ofrecernos ayuda, mientras tanto también nos adelantaron las italianas.
Después de un rato subiendo el monte de tierra y piedra suelta llegamos a Cirauqui y poco después, antes de llegar a Lorca nos encontramos de nuevo con las italianas, desde ese momento, formamos una piña y seguimos todos juntos durante varios días.
Una vez llegamos a Estella nos dirigimos a hacer la compra para comer y al taller de bicis para que me miraran los cambios. Después de estar esperando en la tienda cerca de cuarenta minutos para que me atendieran, no sin que antes se me colasen dos franceses, muy majos ellos…, me desmontaron los cambios, pusieron una especie de compás en el eje para comprobar medidas de la rueda y tal, y después de montar de nuevo los cambios, ajustarlos y engrasarlos me dieron la bici lista para seguir. Según me contaron la sirga estaba tocada y también una chapa intermedia que une el cuadro con la pata de cambios. Lo tendré que mirar estos días a parte de las cubiertas y los frenos que los tengo destrozados.
Con la bici lista nos fuimos a un parque a comer y a descansar ; )
A las tres y media de la tarde proseguimos nuestro camino hacia Los Arcos. Haciendo casi la totalidad del trayecto por camino, por un camino rodeado de cultivos de trigo y viñedos.
Una vez en los arcos, después de pasar por el albergue, ducharnos, hacer la colada y tal, decidimos dar una vuelta por la ciudad para hacer algunas fotos. En ese momento nos encontramos a Francisco, un argentino de Buenos Aires que ya conocía a las chicas de encontrárselas antes de Puente la Reina. El chaval según nos contó venia desde Argentina para hacer el camino. Había cogido una avión desde allí llevando su bici y aterrizando en Madrid para luego coger un tren hasta Roncesvalles, si no recuerdo mal. Sin embargo tubo la mala suerte que una vez allí y desembalar la bici para montarla, se dio cuenta que en el avión le habían destrozado la pata de cambios y se la habían doblado completamente, y para mas inri ese día era domingo por lo que no podía hacer nada. Así que decidió ir a pie con la bici a rastras hasta Pamplona, y allí, ya en lunes, repararla para poder seguir por el camino. Mas adelante, en Logroño, nos lo volveríamos a encontrar y se nos uniría al grupo.