En la informática todo avanza, pero si hay un dispositivo que este estancando es sin duda el disco duro, desde hace medio siglo su funcionamiento se basa en el mismo sistema, el de un cabezal que magnetiza la superficie de un plato metálico.
Esto no quiere decir que desde entonces no haya avanzado nada, todo lo contrario, cada año reducen sus precios y duplican su tamaño de almacenamiento, sin embargo, en cuanto a lo que refiere a velocidad han llegado a un punto en el que les es difícil avanzar pues las limitaciones no las pone la interfaz si no todo el sistema mecánico que hay que mover para que el dispositivo lea o grabe datos. En la actualidad las tasas de transferencia, en discos duros de ámbito domestico, se han estancado en unos 130MB de lectura por 120MB de escritura, mebibyte arriba mebibyte abajo pero nunca pasando de 150MB.
Es entonces cuando llegan los SSD, unidades de estado solido (Solid State Drive), que dejan de lado toda la mecánica de los discos duros para basarse completamente en componentes electrónicos, en este caso en chips de memoria flash como las usadas en pendrives o tarjetas de memoria pero con una velocidad de transferencia muchísimo mayor pues se usan chips de más calidad e interfaces que permiten aprovechar todo su potencial.
Estos SSDs, por el momento, están destinados al almacenaje del sistema operativo y de todos aquellos programas y juegos que usemos con más frecuencia ya que el precio es elevado y el espacio de almacenamiento limitado. Esto no quiere decir que no sirvan para el almacenaje de ficheros multimedia, sin embargo no es algo que necesite gran transferencia por lo que es preferible usar un discos duros para ello.
Así, llegamos a la conclusión, de que lo ideal es disponer de un SSD para el sistema operativo y programas, y de un disco duro de gran capacidad para ficheros multimedia. En el futuro cuando los SSDs sean asequibles y comparables en almacenamiento al de los discos duros sera entonces cuando los sustituyan por completo, pero por ahora cada uno se complementa al otro.
Una vez entrado en materia vamos a empezar a lo que realmente nos interesa, la revisión de este SSD, concretamente del fabricante Crucial modelo CT064M4 con 64GB de capacidad. El fabricante cuenta con más capacidades, un dato que debemos saber es que a mayor capacidad mayor sera la velocidad de escritura del SSD, siendo de 64/128/256GB = 100/200/300MBps+-. En cuanto a la velocidad de lectura los tres modelos obtienen unos resultados parecidos sobrepasando los 500MBps.
Al abrir el paquete solo encontramos el SSD y un pequeño panfleto a modo de instrucciones, necesitaremos a parte tornillos y un cable Sata.
Sin embargo antes de nada deberemos de actualizar el fimrware del SSD, con ello ganamos en estabilidad y velocidad. Para actualizarlo es tan fácil como bajarse la ultima versión, en mi caso la 0009, grabarla en un CD pues se trata de un fichero .iso y arrancar el ordenador con el CD introducido. Entonces nos preguntara si queremos actualizar, le decimos que si y en unos segundos podremos seguir con lo nuestro.
Lo normal es que este SSD pase a sustituir un HDD con su sistema operativo ya instalado y funcionando, como no queremos tener que volver a instalarlo todo lo primero sera clonar el contenido del disco duro a la unidad de estado solido. Para ello encenderemos el ordenador con los dos dispositivos de almacenamiento conectados y arrancaremos desde la unidad de discos la utilidad de Hiren’s BootCD y elegiremos la aplicación Acronis True Image para este menester.
http://youtu.be/ypToVKUXzqQ?t=3m3s
Con las dos unidades de almacenamiento idénticas procederemos a hacer una prueba de arranque comprando el tiempo que tarda en arrancar cada uno:
HDD: http://youtu.be/ypToVKUXzqQ?t=12m22s
SSD: http://youtu.be/ypToVKUXzqQ?t=12m5s
Ahora unas pruebas de rendimiento entre un pendrive TDK, un HDD Toshiba a 7200rpm, y el Crucial M4 por SATA2 y por SATA3. Por ahora solo dispongo de conexión SATA2 en la placa base por lo que para los resultados con SATA3 se ha usado una captura de internet:
TDK trans-it 16GB – Toshiba MK2051GSY – Crucial CT064M4 SATA2 – SATA3
Y la conclusión, como comento en el vídeo, es que donde mayor se nota la mejoría es en la carga de programas llegando a arrancar los más pesados en apenas dos o tres segundos. También es curioso hibernar el equipo y verlo operativo en menos de diez segundos.
Aunque es una lastima no disponer de conexión SATA3 pero por el momento no sale suficientemente a cuenta como para adquirir una controladora de propio así que habrá que esperar a un remplazo del equipo en los próximos años.