Casi dos años después de la compra de la impresora láser Samsung CLP 315, se me ha terminado el tóner de color negro después de todo este tiempo y de, según la hoja de información que te facilita la impresora, 972 impresiones en negro y de unas 315 con cada color. Esta impresora en concreto tiene 4 toners, el negro mencionado y tres más para imprimir en color (amarillo, magenta y cian). Si tenemos en cuenta que cada uno sale por 35€ (en el mejor de los casos) o incluso por 45€… pues da que pensar teniendo en cuenta que la impresora cuesta unos 85€ y ya viene con los toners (de prueba) de serie…

 Como tampoco es cuestión de tirarla y comprar otra, al menos no por el momento, y como además queda el 70% de tóner de cada color pues lo ideal era sustituir unicamente el tóner negro. Pero aun así siguen siendo 45€ para poco más de 100 gramos de tóner que debe de llevar el cartucho.

Así que estamos en ese dilema, no queremos gastarnos tanto dinero en el cartucho pero nos hace falta la impresora.

En ese caso tenemos la opcion de recargar el cartucho original con un bote de tóner comprado por internet. Pero para poder hacerlo antes tenemos que saltarnos el sistema de seguridad que implementa la impresora, esta impresora y cualquier otra impresora salvo contadas excepciones, para obligarnos a usar sus toners.

En este modelo en concreto tenemos de una a dos opciones:

La primera opción es la más cara, pero también la más limpia, más compatible y no se pierde la garantía. Consiste en añadir, si es el cartucho de serie, o de sustituir, si es un cartucho comprado, el chip que incorpora en una de sus caras, y que imagino que se basara en un contador que ira aumentando en 1 cada vez que imprimamos algo, y que en el momento de que ese contador llegue a, por ejemplo 1000 impresiones, la impresora dirá basta. Este chip, que cuesta 7€, hay que sustituirlo cada vez que la impresora marque que se ha terminado el tóner. Y hará falta un chip por cada tóner con el que queramos usar este método.

El segundo método es mucho más laborioso, más económico, permanente pero se pierde la garantía y podemos romper la impresora, ademas de que no sirve con todas las revisiones del hardware realizadas. Consiste en desmontar la impresora hasta llegar a uno de sus circuitos que cuenta con un chip de memoria para recordar las impresiones realizadas, pues bien, a este chip, en una de las primeras revisiones, era suficiente con desoldarle una de sus patillas, en otra revisión había que puentearlo con la masa, y en otras era necesario soldarle un chip en paralelo o sustituirlo por otro… como vemos no es para todo el mundo este método.

Yo me he decidido por el primer método, primero porque con un tóner tengo casi seguro para otros dos años, segundo porque cuando llegue ese día seguro que se me han terminado los toners de color y por ultimo querré sustituir la impresora con una con conexión de red si o si.

Al lió pues:

• El rellenado de la impresora se divide en dos pasos, el primero colocar el chip en su sitio orientado con las flechas hacia arriba.
• Segundo, desmontar el protector y el tapón del cartucho para acceder a su deposito y poder recargarlo con el biberón tal y como se ve en el vídeo.

En 10 minutos esta hecho.

Por cierto, el tóner negro (60 gramos) y el chip lo adquirí a este vendedor de ebay por 16€, luego podemos comprar tóner suelto y más barato que el enlace anterior en dealextreme.